martes, 12 de febrero de 2008


Vivo en esta casa desde 1975 y se la dejó mi abuelo a su hermana y ésta a sus hijos y mi padre a mí y a mis hermanos. El tiempo va pasando y el edificio se está haciendo viejo e inhabitable. Las palomas invaden el tercero, también en las galerías se han instalado y en las buhardillas se las oye corretear y son parte de la convivencia en una comunidad de vecinos asustada por su, poco a poco, vaciedad en el espacio.
Las bajantes de los desagües agujereados tiran la mierda al suelo del patio y los gatos hambrientos viven como en 1885, observando las galerías preciosas y arruinadas que el Ayuntamiento tenía que haber arreglado ya subsidiariamente hace ni se sabe, aunque la primera denuncia de dejadez viene de 1992.
Casualidades de la vida en el mismo 1992 compró una constructora una parte y a día de hoy el 85 % del edificio en indiviso le pertenece. Obvio es que algo sucede para que no se ejecuten sentencias ni requerimientos ni todas las legalidades disponibles para el Consistorio. No sé para qué el funcionariado tiene Ley si se la saltan a la torera aliándose con la estrategia de la Especulación.
Y es que para el Ayuntamiento mi edificio debía de estar sin vecinos, tapiadas sus 28 ventanas y degradándose más controladamente, en el subsuelo hay más de 800 metros para los funcionales garajes del futuro y los derechos a vivienda digna y esos etcéteras son para que lo demuestren en un proceso-trampa administrativo o judicial los afectados.
Tenemos derecho a tener derechos, pero a ejercitarlos me temo que no, que eso debe ser para ricos.
Pregunto yo: ¿Por qué algo tan evidente, como es, en pleno centro, la peligrosidad del edificio, no se arregla con la legítima Ley?
Los inmobiliarios quieren comprar de saldo mi parte y siempre me dicen lo mismo: con lo que te voy a dar no vas a pagar ni los impuestos; te vamos a quitar tu parte, no merece la pena esperar nada de nosotros. Ya os moriréis le deseaban a mi padre y a su hermano.
Luego ves abogados con funcionarios y constructores comiendo juntos mientras elaboran planes geou y vas entendiendo. Mis metros cuadrados valen según los contactos que tenga, y como ni yo ni mis hermanos somos del pelotazo inmobiliario quiere decir que valen nada.
Mientras pasa el tiempo, al margen de la Ley, las cosas suceden impunes, pues es impunidad que comprar y dejarse comprar se pague con una fianza. Por muy alta que sea la fianza no les da miedo para dejar de cometer los delitos urbanísticos, ellos son más previsores que los Jueces y atesoran la pasta para ese menester porque saben que la cárcel la evitan.
Le pido al Tribunal Supremo, que hizo posible que los alquileres antiguos se respetasen hasta el dos mil catorce, que dicte una amnistía para todos los que están aprovechándose de sus cargos y puestos de trabajo para sus triquiñuelas, porque al fin y al cabo son los Jueces quienes, desde su sabiduría, permitieron florecer estas situaciones. Hay medio millón de personas en toda la península sufriendo acoso para que abandonen su casa, no sólo a inquilinos, también, como en mi caso, a propietarios legítimos pero desautorizados y ninguneados por las instituciones municipales. Abocados a dejarse estafar ante la indiferencia generalizada.